Jesús descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos
En su designio de salvación, Dios no sólo tendría en su plan sacrificar a su propio hijo por nuestros pecados. El quinto artículo de la oracion del credo dice: “Descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos” esto explica que Dios quería que conociera también el estado de muerte, la separación entre alma y cuerpo, esto ocurre desde el momento en el que Jesús expiró en la Cruz hasta que llegó el día de su Resurrección.
Descendió a los infiernos
En esta parte que se menciona en el quinto artículo del Credo, lo que nos quiere expresar es que la Santísima alma de Jesús, luego de pasar por su muerte en la vida terrenal, iría donde estaban todas las almas de los santos muertos antes que él. Las almas permanecían desde hace mucho en ese sitio, esperando por Jesús, antes de Él, no podían entrar al Cielo, debido a que aún no ocurría el perdón de nuestros pecados.
Al decir esta frase, no se debe pensar ni confundir con que Jesús desciende al infierno de los condenados, sino al “lugar de espera de las almas de los justos de la era pre-cristiana”.
Jesús resucita de entre los muertos
Esto hace referencia al tercer día en el que Jesús volvió a juntar su cuerpo y alma, para nunca más morir. Tal como lo explica Romanos 6.9: “Sabemos que Jesucristo resucitado entre los muertos, no muere ya otra vez, y que ya muerte no tendrá dominio ya sobre Él”.
Al hacer referencia sobre la resurrección de Jesús, hacemos mención de una verdad culminante, la más elevada e importante dentro de nuestra fe, pues creemos en que nosotros también resucitaremos.