Día 6 – Humildad de San Judas Tadeo
Una de las principales y más importantes enseñanzas que nos ha dejado Nuestro Señor Jesucristo, es aprender a ser humildes. Muchas veces, varios de nuestros problemas y complejos pudieran solucionarse si dejáramos de ponernos en primer lugar, y aprendiendo a escuchar a quienes también están sufriendo. Siendo humildes y teniendo la voluntad para ayudar al otro, es también parte de nuestro camino a la salvación.
Todos somos hermanos
Durante este sexto día, San Judas Tadeo nos invita a ser conscientes de nuestro orgullo, uno de los mayores males que nos trae grandes sufrimientos. No podemos pedir bendiciones cuando no somos capaces de ayudar a otros que también necesitan de nuestra ayuda aquí en la tierra, y cuando somos consumidos por el orgullo y el egoísmo, no somos capaces de escuchar a nuestros hermanos.
En este día, se consciente de todo lo que el Señor te ha dado, ayuda a tu hermano y tú mismo te ayudarás.
Siervo e Jesús y hermano de Santiago
Una de las más grandes pruebas de ser merecedores de la gracia y el favor de Dios, es ser ejemplo de humildad. San Judas Tadeo siempre prefirió nombrarse a sí mismo como siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, pues su objetivo no era la gloria ni el reconocimiento, sino ser fiel siervo y esclavo de las enseñanzas de su Maestro.
En este quinto día, aprendamos a imitar la vida de San Judas Tadeo, quien lleno de humildad fue merecedor de la gracia ante los ojos de su Señor, y por eso es capaz de interceder por nosotros. Al finalizar, reza un Padre Nuestro y un Ave María, para pedirle a San Judas enseñarnos el camino hacia la humildad.